jueves, 14 de julio de 2011

I Media Maratón Calar Alto

Siguiendo con mi preparación Veletiana, incluí esta media en mi calendario aprovechando que iba a estar por Almería.
La carrera, el entorno y la temperatura muy de mi agrado, la organización (bajo mi punto de vista) no tanto.
Al llegar a Gérgal, no encontramos ninguna señalización para Calar Alto y en los cruces posteriores tampoco. Preguntando y orientándonos con el observatorio logramos llegar sin novedad poco antes de las 9 de la mañana (pero ¿qué trabajo les hubiera costado colgar carteles con flechitas y la leyenda "carrera"?).
Cola interminable para recoger el dorsal, como no tenía muy católica la barriga, dejé a mi padre en la fila y me fui a descargar algo de peso entre pinares.
Ya bastante más ligero volví con mi padre a esperar mi turno. La cola apenas andaba y tardamos una eternidad en coger el dorsal. Intenté en vano que alguien de la organización me diera agua .
Por respeto a mi periostitis y mi rodilla, decidí que en los tramos con pendiente andaría, aunque mi corazón y piernas me pidieran correr.
La carrera se iba a retrasar así que después de cambiarme estuve un rato de charla. Pero el retraso no fue tanto y apenas empecé a calentar y pasando por el arco de salida, la organización llamó a los corredores al arco.
Me coloqué bastante delante, tenía a la élite muy cerca. Breve charla técnica y silbido para salir.
Salida bastante rápida aunque me quedé encajonado detrás de un grupito de 3 corredores y 1 corredora, no pude adelantarlos hasta pasados unos cientos de metros. En la salida noté como una piedrecita me entraba por la zapatilla, me rajaba el tobillo y volvía a salirse. Me ha dejado un recuerdo en forma de herida-agujero-rozadura debajo del tobillo bastante doloroso cuando me calzo las zapas.
La carrera se hace a una velocidad endiablada, de los 21 km, 18 son cuesta abajo o llaneando. Con lo que los ritmos que coges se asemejan a cualquier media maratón de asfalto (incluso más rápidos).
En el km 5, justo al lado del avituallamiento, nos encontramos un repecho con desnivel fuerte. Bebí tranquilo y a subir. No era muy largo, 500 ó 600 metros, pero tenía pendiente.
Acaba este escollo y después de otro rato de bajada por pista, me encontré con Lorenzo (del hockey) y otro corredor del grupo alpino Benalmádena. Tras una breve charla apreté el ritmo y dejé a Lorenzo atrás y me escapé con el de Benalmádena, con la excusa de que ya me pillaría en el cortafuegos.
Pero no fue así, me cogió antes. Nos desviaron de la pista para meternos por el único "tramo técnico" de la carrera, una bajada entre pinares muy facilona, sino fuera porque estaba llena de senderistas y de ramas bajas que se empeñaban en golpearte.
Mientras que daba mil rodeos para adelantar a los senderistas saliéndome del sendero y enganchándome en todos los pinos, vi como Lorenzo pasaba prácticamente por encima de ellos.
Así que cuando volvimos a retomar la pista y lo adelanté se quedó sorprendido. Apreté sabiendo la humillación que me haría pasar en el cortafuegos y fueron cayendo los kilómetros.
El de Benalmádena iba un poquito mejor que yo, aunque mantenía la referencia.
Al llegar al km 17,5, avituallamiento y justo al lado el comienzo del infierno. 2,5 km con unos 500 metros de desnivel salvado (calculé sobre un 20% de pendiente media).



Se me hizo algo largo el cortafuegos, sobre todo porque lo hice enterito andando, me adelantaron bastantes corredores (entre ellos Lorenzo).

Cuando acabé el cortafuegos otra vez a correr (esta vez cuesta arriba), sólo quedaba un kilómetro a meta, ya me fue imposible coger al grupito que llevaba a unos 200 metros.

Entrada en meta, puesto 28 y 1 h 53m 46sg. A una media de 5m 25sg.

Al llegar otra sorpresita con la organización, sólo daban una botellita de tercio de agua.

Les pedí otra y me contestaro que si cuando llegara el último senderista sobraba, entonces me la darían.

No entiendo qué trabajo les hubiera costado hacer buen acopio de agua y después devolver la que le sobraran. Por la zona no había nada de agua y dependíamos por completo de lo que nos dieran ellos.

En fin que la carrera bonita, no muy dura y nada técnica, ideal para iniciarse en carreras de montaña, pero bastante mejorable la organización.

En cuanto a mis entrenos continuarán en Almería, buscaré montañas por allí dónde mantener fuertes las piernas. Por lo pronto tengo carrera el sábado en el Zapillo, playa, ramblas, aire y arena; pero todo muy llanito.

Ayer (13 de julio) me despedí del guarda de Jabalcuz, ya no subiré por allí hasta después del Veleta. Espero que ese día suba al pico de Sierra Nevada como ayer lo hice a Jabalcuz, con un ritmo constante y sin parar.

Salud y kilómetros.

2 comentarios:

  1. Hola Antonio, buen relato de la carrera, me has hecho rememorarla. Yo también estoy entrenado para el veleta, veremos cómo se nos da... Un saludo.

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  2. Lorenzo bienvenido al blog. Espero que no te deje muy machacado la carrera de Bilbao y que subamos juntos al Veleta, a ver si me enseñas cómo subir sin quedarme en el intento.
    Saludos.

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