miércoles, 22 de septiembre de 2010

VII Subida al pantano del Quiebrajano (19-09-2010)


Sonó el despertador después de una velada llena de incógnitas y vueltas en la cama pensando en mi maltrecha rodilla y en el gemelo roto.
Llevaba unos días que el gemelo apenas me molestaba, pero el dolor de la rodilla me hace correr cojo (las pocas veces que me ha permitido trotar, siempre en ritmos estratosféricos. Una vez hasta me adelantó un abuelillo que salía del hogar del jubilado a pasear con su garrota). Así que me pasé la noche en vela deshojando la margarita: “correré, no correré, correré, no correré…”
Bajo las escaleras de mi casa y ligerísimas molestias en la rodilla, que me hacen albergar esperanzas: “Nono, no hay vuelta atrás, tu rodilla te respeta, hay que intentarlo”. Café con tostada y enantyum para intentar hacer más llevadero el dolor.
Recojo a Fini y a toda pastilla hacia el Puente de la Sierra.
Ambientazo ya a las 9.00 de la mañana. Me encanta esta carrera, a parte de porque el recorrido creo que me viene como anillo al dedo (en condiciones normales, claro), es una carrera que tiene sus abonados propios. Amigos que apenas se dejan ver por las carreras populares y sólo coincido con ellos en esta prueba. Y por supuesto casi la plana al completo de mi club, pedazos de personas todo@ ell@s, cada uno con su historia y cada uno con su meta.
Saludo a Paco “el madero”, Juan (mi vecino), al hermano de mi gran amigo Paco Perabá (perdona pero no recuerdo cómo te llamas), en fin a un gran séquito de buena gente con la que sólo consigo coincidir en esta carrera.
Acompaño al “jabalí de la montaña” Raúl Fuentes para que recoja el dorsal de su hermano y cuando quiero acordar es la hora de empezar a calentar. Llevo la mochila al ropero y cuando vuelvo me dice Fini: “Nono, dame las llaves del coche que voy a ponerme las zapatillas”. Tiene coj…, el tío todavía con las chanclas, tenía que haberlo dejado correr así, a ver cómo se defendía (lo más triste es que también me hubiera ‘dao pal pelo’).
Comienzo a calentar con Alberto (Alcorca) y le cuento la historia interminable de mi lesión. Cuando queremos acordar llaman al control de salida y al dirigirme al arco me llaman, era mi vecino Jose Lara, con quien lo pasé genial en Pirineos y quien puede dar fé de cómo se inflamó la rodilla el día después del accidente (Jose, ese viaje no vale, el año que viene repetimos, me quedé con ganas de subir al Aneto y sobre todo de hacer el otro cañón). Tío multidisciplinar donde los haya y con unas cualidades tremendas para la montaña.
Pistoletazo de salida y me quedo encajonado en mitad del pelotón, pegando saltitos voy buscando huecos y consigo unirme a mis compis de curro Jose David y Fran.
Entre bromas empezamos a subir la cuesta más dura, o por lo menos más empinada del recorrido, en apenas 2 km (desde el 0,5 al 2,5) se salva un desnivel de casi 200 metros.
Aquí voy haciendo la goma con Jose David y Fran.
Veo a Andrés (del cronos es) y le doy un palmetazo en el culo para darle ánimos, nunca pensé que un gesto tan deportivo pudiera tener tan perversas interpretaciones (no te preocupes Andrés, son celos, como a ellos no les toqué el culo…), pero es que mi Andrés es mi Andrés.
Bajamos el Sillón de la Reina y Jose David aprieta, me pruebo y veo que la rodilla responde perfectamente, pero ya no confiaba tanto en mi corazón y pulmones.
Aguanto el tirón con ellos hasta aproximadamente el km 8, cuando empieza la cuesta cansina, ya prácticamente es todo cuesta arriba salvo dos pequeños descansos, que permiten coger algo de aire. Aquí noto que si quiero llegar sin andar tengo que aflojar.
Sobre el km 9-10 veo a un corredor de Ubeda andando ayudado por uno del Bohondillo de Baeza, al pasarlos veo que está al borde del desmayo, iba casi zombi, semiinconsciente.
Continúo con la cabeza agachada sin mirar adelante, me doy cuenta que voy dando bandazos, que empezaba a estar agotado, pienso en andar: ¡NO!. Empieza a entrar en juego mi orgullo: “Nono, esto es una carrera de Chichi-nabo, has toreao’ en mejores plazas, nunca te perdonarías el andar aquí…”.
Hago caso omiso a mi cabeza y prefiero escuchar a mi corazón, aunque muy acelerado me dice que continúe, que no ande.
Hay muchos tramos que no sé si hubiera ido más deprisa andando.
Al llegar a los túneles llegué con otros dos corredores, uno empieza a tirar y respondemos los otros dos. En esto que salta un espontáneo (amiguete del de la Tiza) y tira de él, el otro acompañante arroja la toalla, pero yo decido aguantar el tirón.
Al entrar en las vallas empecé a esprintar y cuando lo iba a adelantar pensé: “¿para qué?, ¿merece la pena exponer la rodilla después de lo bien que se ha portado?”. Aflojo y entro detrás de él.
Sabor agridulce el que me deja esta carrera. Dulce porque mi maltrecha rodilla no dijo basta y por el buen rato compartido con tantos amigos. Agrio, porque llegué muy justo de fuerzas; si hubiera podido entrenar sólo un par de semanas en estos dos últimos meses de calvario… El tiempo final 1:06:54 (ocho segundos menos marcaba mi gps, salí algo retrasado),
El año pasado el objetivo era acabar por debajo de la hora (al final corrí la milla de entrecaminos) y este año el objetivo era acabar. Así que objetivo cumplido. Ya me hubiera gustado poder ir con Fini al asalto de la hora, al final por sólo 3 segundos no cumplió su objetivo (seguro que lo hizo a caso hecho, es un buen amigo, se ha reservado para que lo intentemos juntos el año que viene).
Mientras estiraba, charla con Manolo del Hockey que me pone los dientes largos con esas carreras con las que sueño, en la Puebla Don Fabrique (la famosa Sagra), el campeonato de España de Carreras por Montaña en Navarra y la próxima Jarapalos. Tendrán que esperar, hasta que refuerce las piernas y vuelva a coger un buen estado de forma.
La Subida al Pantano es como un combate de boxeo a tres asaltos. Son 13,5 km en los que hay que salvar unos 456 metros de desnivel+ y 100 de desnivel-.
- El primero (hasta el km 2,5), te golpea muy fuerte, casi hasta noquearte, como acabes muy tocado de este primer asalto estás acabado.
- Después tienes un segundo asalto donde tienes que recuperarte de los daños del primero, pero también es donde tienes que aprovechar para pasar al ataque (hasta el km 8).
- A partir de aquí comienza el último asalto 5,5 km en los que hay que salvar otros 200 metros de desnivel. Son algo más de 5 km dónde, si vas mal, es una pelea entre cabeza y corazón, una te dice que arrojes la toalla y otro que no te rindas. Yo creo que es en este último tramo donde puedes marcar las diferencias.


Como colofón a un día de carrera, jornada de convivencia del Club Cronos (a la que se pudo unir todo el que quiso compartir un buen rato). Por cierto, no sé quién llevó las avispas, pero otra vez que se las deje en casa (tuvimos 3 bajas con picaduras de avispa).
Y justo antes de irnos, el compañero Andrés nos hizo una demostración de sus dotes de “vibradora” con la higuera que nos sirvió de sombra, para aporrearnos a higazos a más de uno.
En fin, una carrera que me suena a despedida (hasta ver el alcance de la lesión de la rodilla).
No sé cuándo volveré a escribir, voy a centrarme en las oposiciones (son el 23 de octubre) y quizás coja algo la bici.
Un abrazo a tod@s y espero volver pronto con mis crónicas (sería señal de que vuelvo a la carga).

4 comentarios:

  1. Hola Nono.
    Soy Antonio del viaje a los Pirineos. Veo que tu rodilla sigue que no sabe si ponerse buena o mala:) Por lo menos has podido hacer la carrera del Quiebrajano que no está mal. Tranquilo y que se recupere bién para luego machacarla jejeje. Lo dicho que te mejores.
    Un saludo!

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  2. Hola Antonio, la rodilla se quedará como nueva, pero es casi seguro que tendrán que operarme el menisco, lo malo es que va para largo la espera.
    ¿Hicisteis la ruta por las alpujarras con la bici?.
    Este finde saldré con la bici de montaña(a ver si empiezo a coger la rutina), cuando te animes a salir dímelo y quedamos.
    Saludos.

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  3. Los del Quiebrajano te han sacado hasta guapo, je, je, je.

    http://picasaweb.google.es/117094491093453011475/VIISubidaAlQuiebrajano#5520370054569882914

    alcorca

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  4. Que duro eres!!el tio con la rodilla echa polvo y coriendo la subida al Quiebrajano.
    Sí que hicimos la ruta de la Alpujarra, chuliiisimo.
    Pues este finde salí los 2 días con la bici, no leí tu mensaje. Bueno te dejo mi correo y ya estamos en contacto:
    amlabe@gmail.com
    Saludetes!!

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