martes, 15 de junio de 2010

III Prueba de Fondo de Montaña La Calahorra – Puerto de la Ragua


Como se puede deducir de mis anteriores entradas, empezaba a encontrarme algo más fino, pero aún me falta camino para estar pletórico.
Así que mi táctica para esta carrera no podía ser otra que tomármela como un entreno más.
Con esta meta, no me importó celebrar el jueves por la noche mi Santo, ni la barbacoa del viernes en casa de los vecinos, con sus chorizos, carrillada, chuletones, concurso de tortillas de las vecinas y todo esto regado con abundante cerveza.
El sábado fui bastante conservador, pero la víspera de carrera no iba a estar exenta de sobresaltos. Mi hija se fue a pasar el día con el vecinillo a Martos y al cogerla para acostarla la noté muy caliente, 39º, mi mujer se acostó con ella y tardé una barbaridad en dormirme pensando en mi peke.
Cuando cogí el sueño sonó el despertardor, con lo que apenas dormí tres horas.
Era 13 de junio pero hacía frío de coj…., menos mal que me llevé el chándal.
Sobre las 7.10 llegó Manolo a nuestro punto de encuentro y partimos con su coche. El viaje se me pasó volando y cuando estábamos llegando a La Calahorra le pregunto: “Manolo, La Ragua ¿es aquello que se ve allí?”, a lo que me responde: “Sí, es aquello que no se vé allí”. Menudo nieblazo que cubría La Ragua. Y menudo frío al bajar del coche (no sé la temperatura porque el coche de Manolo a pesar de tener “Blutus, GPS, EPS, ABS y un montón de siglas más” no tenía termómetro), pero hacía mucho frío.
Llegamos antes de las 9 menos cuarto, una hora perfecta para darnos tiempo a recoger el dorsal, tomar un cafelillo y visitar al Sr. D. Roca.
Ya casi con la hora encima dejamos los macutos en el autobús que subía a La Ragua, calentamos algo y volvemos a evacuar exceso de líquido.
Nos dirigimos a la salida y le digo a Manolo “Aquél de allí ¿no es Iván el del Benalmádena?, pues ya nos podemos ir que acabamos de ver el final de la película”. Para el que esté un poco perdido en carreras de montaña este Iván es una máquina sus participaciones en CxM se cuentan por triunfos, pero realmente esto es una carrera con desnivel, pero no es una carrera de montaña.
Charla con Manolo y discusión de táctica a seguir decidimos que lo más sensato en estas carreras es llevar cada uno su ritmo (o sea: “mariquita el último”). Pistoletazo de salida, y como acostumbro, salgo a lo Dani Pedrosa, pasan un par de kilómetros, y al pasar por Aldeire pienso “¿A ónde vas Peláez?, afloja que te lo ibas a tomar como entreno”, así que sobre el kilómetro tres me adelanta mi compa de fatigas, vamos un grupito de cuatro corredores y me sitúo el último. Veo que va muy cómodo subiendo Manolo y me acuerdo de los Mudarra, Blanca, Encarni y todos los del Alcalá y pienso “¿será la camiseta lo que les da esos superpoderes?”.
Salimos de Aldeire, nos meten por una pista forestal y me voy empapando de todo lo que me rodea cuan turista japonés: una construcción en ruinas a base de piedras redondas (posteriormente me documenté que era una calera, y yo que pensé que era un búnker), un árbol con su tronco hueco donde cogía una familia entera, un río paralelo a la pista, que tuvimos que cruzar varias veces, etc. En fin que la primera vez que cruzamos el río empezó a despegarse Manolo con otro corredor, estuve tentado de irme con ellos, pero me contuve, llevábamos unos 5 kilómetros y aún quedaba mucho por delante.
Iba con un corredor de Dúrcal y otro del Trotanoches, como me encontraba cómodo me puse a marcar el ritmo cuando de pronto me adelanta un tipo que me sacaba 20 centímetros (a lo alto, mal pensados) y por lo menos 20 kg, físicamente me recordó a Indurain, yo al estilo Roberto Herás, delgaducho poca cosa y con la cara desencajada sufriendo en la escalada y él grandullón, en su sitio y rostro impasible dándome caña, menos mal que se lo tragó la niebla y dejó de martirizar mi orgullo herido.
Salimos de la niebla y comenzó a llover, una lluvia fina pero intensa, lo que unido al frío hacía muy llevadera la carrera (aunque en ocasiones demasiado frío para mi gusto), prácticamente ya no divisaba a Indurain, cuando ví como adelantaba a uno de una camiseta roja, era mi amigo Manolo que ya había dado por perdido.
Para no pensar en lo que quedaba a parte de ir entretenido con el paisaje, comencé un nuevo juego, ver si era capaz de mantener la distancia con Manolo, cogía referencias con Manolo y el GPS hacía el resto (mantuve entre 120 y 150 metros de distancia).
En el kilómetro 13 salimos al asfalto y acordándome de otros blogeros, decido bajar aún más el ritmo temiendo una pájara. Aquí veo cómo definitivamente poco a poco se me escapa Manolo y me pilla un corredor del Zapillo (creo que se llamaba Diego, la locomotora de Almería, a pesar de sus años cómo corre el tío) y otro de Baza. Aguanto la tentación de irme con ellos y van cayendo los kilómetros entre niebla, ligera llovizna y paisajes preciosos.
En el kilómetro 20 veo un arroyo que tenía que ser el nacimiento del río que habíamos cruzado, me dio ganas de bajar a beber agua, pero unas respiraciones forzadas me devolvieron a la realidad, “Nono, que no estás en un entreno, que un poco más arriba tienes agua en la llegada”. Me adelanta el corredor del Dúrcal (Ramón creo que me dijo que se llamaba) y me pego a él, en la recta con la meta al fondo esprinta y aunque aprieto algo el ritmo dejo que se marche, había decidido que iba a ser un entrenamiento de calidad y no quería llegar a meta cansado. Cruzo la meta y me fundo en un abrazo con Ramón (creo). Un poco más adelante estaba Manolo comiendo sandía como un poseso (joder, se comió media furgoneta de sandía; ay si es que no lo puedo sacar del cortijo …), abrazo con Manolo y asombro al encontrar nada más que sandía, agua e isotónico en meta (¿pero dónde estaban los bocatas chorizo y panceta?, estos granaínos deberían tomar nota de la media maratón de Jaén).

Cogimos el primer microbús que nos bajaba al pueblo y allí nos cayó el diluvio universal. Bolsa del corredor con lechugas, cogollos, tomates cherry y rabanillos, plato de carne en salsa que estaba buenísima y cerveza a mansalva gentileza de Cruzcampo.
Muy buenas sensaciones me ha dejado esta carrera, la he disfrutado en cada zancada y a pesar de sus 20 kilómetros 800 metros y sus 921 metros de desnivel positivo, se me ha hecho extremadamente corta, bonita y sana, mis pulsaciones medias apenas han subido de 160 y al final he hecho tiempazo (para no haber puesto toda la carne en el asador) 1:51:30.
Sólo andé para beber bien un isotónico que nos dieron en vaso sobre el km 15 creo (y fueron 10 pasos escasos).
Le dije a mi mujer que volvía para comer en casa, y preparó cocido, como al final comí en La Calahorra, el cocido me esperaba para la cena. Menudo plato que me metí con pringá incluida y que a gusto que durmió el tío anoche (a lo mejor ayudado por la litrona que se vé al fondo de la foto).
Una de gráficas para que os hagais una idea del desnivel y de cómo fue el tío con los cambios de ritmo.



Mundo tiembla que Nono empieza a recuperar buenas sensaciones.

4 comentarios:

  1. Bien Nono, Bien.
    Me alegro por esas sensacíones tan buenas que transmites. Despues de todo lo que llevas padeciendo estos días atras, es hora de poner los puntos sobre las íes. Siento lo de tu hija, pero ya sabes, quien se acuesta con niños... te lo digo por experiencia propia. Lo del cocido es mala leche tio, eso resucita a los muertos. Espero verte en Baeza, Animo campeón. Un abrazo.

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  2. Fondoman, ya sé quién eres y si mis piernas me lo permitieran te iba a poner en tu sitio (sólo me faltan 30 seg menos por km, pero ya llegará...).
    La cerveza y la comida es mi debilidad así que si quieres mejorar aún más tus marcas no te acerques mucho a mí.
    Voy a Baeza, ayer eché las inscripciones así que te cogeré de liebre junto con el Champion.
    Un abrazo.

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  3. yo estube haciendo de padre responsable porque mi mujer si que corrio, fijaos si me implico en las carreras que yo estaba dandole el bibe a mi apola i tambien cuando sono el tiro puse el crono,jajja la verdad que las carreras de televidente se ven de forma distinta yo añore participar en dicha carrera en Baeza, pero reaparezco en la nocturna de cordoba i alli os vere a alguno dios mendiante un abrazo. mail confisico@hotmail.com

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  4. David, que también hay que saber desconectar, la verdad es que se te echó de menos en la carrera. ¿Qué le echas en el bibe?, mamma mía qué genes debe llevar tu peke, entre la madre y el padre que tiemble Marta Domínguez.
    El año pasado me quedé con las ganas de hacer la nocturna de Córdoba, espero que este año me cuadre e intente bajar de 38', tengo entendido que es una carrera ideal para ir a por tiempos. Ojalá nos veamos por Córdoba.

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