miércoles, 1 de diciembre de 2010

HEROES DEL DÍA A DÍA

¿Os habéis preguntado alguna vez cómo reaccionaríais en una situación crítica en la que hay que tomar una decisión de la que puede depender la vida de una persona?.
Creo que por mucho que lo pensemos no seríamos capaces de saber cómo actuaríamos hasta que no se diera el caso.
Un día (hace varios años), salía de la oficina con una compañera. Era de noche y en la Plaza San Ildefonso una persona joven yacía en el suelo inconsciente, parecía un indigente y al lado había una botella, todo apuntaba a coma etílico. Alrededor una pequeña multitud, algunos ya habían llamado al 061. Esa imagen se me quedará marcada para siempre, no soy ATS, ni médico, ni nada parecido, pero algunos conocimientos de reanimación tengo.
En vez de acercarme y comprobar si respiraba y tenía pulso, ignoré lo que ocurría y me alejé, mi reacción fue muy cobarde. Desde entonces continuamente no hago más que pensar en ello, ¿qué ocurriría con aquél hombre?. Si falleció, quizás yo podría haber hecho algo para evitarlo.
Menos mal que también hay gente que su reacción es completamente contraria y acuden inmediatamente, no para formar corros o por morbo, lo hacen para ayudar.
En pocos días he conocido dos acciones y a dos personas que aunque sé que piensan que sólo han hecho lo que tenían que hacer, han hecho algo mucho más grande.
El domingo en Arjonilla, hablando con mi amigo Cristóbal de una futura salida por Sierra Mágina, me presentó a otro compañero de su club (creo recordar que me dijo que se llamaba Nico) a la vez que Cristóbal me indicaba que Nico conocía la sierra como la palma de su mano, empezó a contarme la historia que este compañero había protagonizado unos pocos días antes. Invité a Nico que me la contara entera.
Estaba en su casa cuando fueron a buscarlo la Guardia Civil y la Policía Local. Sabedores de su conocimiento de Sierra Mágina le pidieron que formara parte del rescate de un joven que se había perdido en la Sierra, llamó a otro compañero suyo que al igual que él conocía bien el terreno y comenzaron su búsqueda. Lo localizaron por la noche en el refugio Miramundo. Apenas se separaban unos pasos y no se veían, debido a la densa niebla que cubría la Sierra. ¿A quién se le ocurre hacer senderismo con una climatología tan adversa?. Este muchacho no iba preparado para la climatología, y mucho menos para pasar la noche en Mágina, con lo que no quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido si no hubieran actuado estos dos valientes.
Otro que merece mi reconocimiento también forma parte de la familia de atletas populares de Jaén, bueno, más bien, de la élite. Es nuestro compañero asiduo a todas las carreras, lo da todo no sólo participando, sino animando a todos desde el primero al último, es el hombre de la sonrisa permanente, es José Javier Olea. Él lo publicó en su blog como una anécdota que le marcó y emocionó y que quería compartir con sus amigos, os aconsejo su lectura, ojalá todos actuáramos como él lo hizo. Espero que os haga recapacitar como lo ha hecho conmigo, hay va el enlace: http://josejavierolea.blogspot.com/2010/06/mas-alla-del-atletismo_09.html

2 comentarios:

  1. Entiendo que te sintieras así y que fuera algo que recuerdas, pero bueno, tampoco tienes porqué pensar que todo habría sido diferente si tú te hubieras acercado.
    Bien por esos dos amigos, que no es fácil ser héroe sin casi planteárselo.

    Besitos.

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  2. Gracias Sylvie. Espero que me sirviera para despertarme y hacerme reaccionar otra vez que se me necesite.
    Me siento orgulloso de conocer a gente así y espero que cada vez ese grupo sea más numeroso que el de los morbosos o indiferentes.

    Para mí es todo un honor que se pase por aquí Sylvie. Para quién no la conozca, es la que hizo que poco a poco me fuera saliendo del asfalto para ir corriendo en montaña.
    La que hizo que descubriera los 101 de Ronda, ultratrail, etc. Leer sus entradas es vivir la experiencia (ahora sólo me falta correrlos, je je).
    Tiene el blog más entretenido y divertido que haya leido nunca.
    Pero ahora disfruta de tu Luna lunera, que ya volverán los tiempos de correr.

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